domingo, 6 de noviembre de 2016

Bangkok, the City that never sleeps


Getting back on the mainland in Thailand, we continued our travels by train, with a long and pleasant rail journey arriving in Bangkok in the evening. After settling in our dorm room in a boutique hostel ( first time but Belen loved it), we headed out for a walk with our first destination Ko San road. I had walked that road almost 15 years ago, and I didn't have much memories, but clearly I hadn't missed anything. Apart from all the souvenir sales that get a bit tiresome after a while, the discotheques were competing over the street against each other, first making conversation impossible, but also making it impossible to listen to a song of one of them, as everything mixed up in a deafening blaze of beats. We nevertheless enjoyed a few drinks a bit away from the crowds and then strolled back through the abandoned streets of Bangkok for a boutique shower and night rest.





Después de nuestro paso por la selva y costas de Thailandia, tomamos un tren con destino a la famosa capital que no duerme "Bangkok". Había escuchado y leído que Bangkok era una locura, locura de tráfico, locura de mucha gente, locura de variedad de comida y locura nocturna... Debo admitir que a mí me gusto bastante Bangkok, no lo encontré tan caótico ni sucio como otras capitales (Jakarta por ejemplo...), el tráfico moderadamente ordenado, moderna, digna de conocer. El primer día llegamos en la tarde, después de un largo viaje en tren, nos dimos una ducha y salimos a ver qué nos ofrecía la noche. Fuimos a la tan mencionada "Ko San road"... donde está la movida nocturna, y se hizo famosa por la película "Que pasó ayer"... Y fue más o menos lo que había imaginado, calles llenas de bares y discotecas con la música a todo reventar que ya llegaba a ser molestoso ... Gente tomando y bailando en la calle, policías patrullando la calle (aunque no sé qué hacían, solo miraban) hombres ofreciéndote marihuana y otras sustancias, mujeres súper maquilladas y con vestimentas diminutas ofreciendo dudosos masajes, tipos que ofrecían "ping pong show" que al inicio ingenuamente pensé que se trataba de un show de magia o algo con el deporte Ping pong, hasta que vi la tarjeta que entregaban a Johan y se trataba de un show de juegos sexuales a puerta cerrada... Por primera vez me vi en una realidad que no había experimentado y no tenía idea de que fuera así, tan deliberadamente... Por lo que decidimos alejarnos un poco de la calle de la locura e ir a unos puestos más alejados a tomarnos unos tragos alejados del ruido donde si se podía conversar. 




Having one day left on my visa, our visit to Bangkok was going to be short. Again wandering through the temples and streets of Bangkok we headed for the Wat Pho temple complex featuring a giant gilded statue of a reclining Buddha. The temple complex itself was enormous and Thai Buddhist temples are generally esthetically pleasant to walk through, but after visiting several temples, become a bit uniform and boring. One of the main reasons is our search for aesthetics, without really comprehending the Buddhist (and Thai) cosmos, symbology, worldview etc. Another shortcoming, is our lack of understanding of heterogeneity in Buddhism due to different origins and currents within Buddhism on one hand, but also due to regional interpretation and mixes with regional animist predecessors. While we would gradually learn during our travels, I must admit my interest goes much more towards Islamic history and its influences.




A la mañana siguiente decidimos salir a recorrer la ciudad y ver lo que nos ofrecía de día. Salimos los tres muy entusiasmados a pasear por el centro histórico de Bangkok, sus templos más importantes, pagodas, templos budistas, calles que parecen laberintos, probar la comida callejera, etc. Aquí debo hacer mención de que estuve un poco limitada en mi viaje por Thailandia y Cambodia respecto a la comida, ya que después de leer el libro "eating animals" se me quitó todo apetito por comer carne de cerdo, vaca y ni pensar de pollo. Si tienes dudas sobre volverte vegetariano, y necesitas argumentos, lees este libro y te da las suficientes razones para no querer volver a comer carne de un animal (crueldad animal, contaminacion medioambiental, falta de higiene en el proceso de producción) por lo que todo mi paso por Thailandia lo hice comiendo pura comida basada en vegetales y frutas, lo mismo en Cambodia, y por lo que quizá se ve reflejado en mi baja de peso en esos países. Aun así, debo decir que la comida en Thailandia es muy rica, aunque haya probado todo con vegetales y algunos mariscos, me pareció deliciosa, a veces demasiado picante y ahí felices Johan y Marteen que se dividían mi comida. 





Bangkok did pleasantly surprise me due to the relative order I found in the city as compared to Jakarta for example, while we were warned about the chaos we would encounter. After visiting the temple complex, we floated over the river down to Chinatown for a Pad Thai lunch. One of our coffee breaks was entertained by large (up to 1.5m) sized iguanas, moving between the canals in the streets and the sewage system, which is one of those beautiful instances of urban wildlife. Our afternoon ended puffing up the steps of the golden mount in a scorching heat where we were given some majestic 360 degree views over Bangkok. After a refreshing shower and a beer, we headed into the Bangkok nightlife first with a dinner in Chinatown. Visually overwhelming with all the neon lights, one of the most remarkable things is the high offer and demand for shark fins which lay in restaurant and shop fronts and trade for several thousands of dollars. Again it came to my mind the impact a growing middle class, with access to previously inaccessible luxury, and ever better and more efficient exploitation systems, can have on our planet and its ecosystems, in this case the sharks. While 10 years ago, I would have tried for the sake of the experience (although I would probably not have been able to afford it), I now skip basing my decisions on sustainability arguments and keep my appetite for one of the more sustainable curiosities.






A lo largo del viaje hemos visto muchísimos templos, Hindu, islamices, budistas, católicos... Pero los de Thailandia tenían algo que los hacía diferenciarse del resto que ya hemos visto, eran mucho más coloridos, se veían alegres, imponentes, majestuosos, construcciones bellísimas, con detalles minuciosos, muy bien trabajados. Después de hacer nuestro recorrido por los templos en la ciudad e ir a conocer el templo donde está el famoso Buda acostado y que mide más de 30 mts de largo por 6 de alto. Pasamos por el templo Golden Mountain, que consistía en subir unas escaleras en caracol que iban bordeando una torre y desde lo alto teníamos una vista maravillosa de todo Bangkok donde esperamos el atardecer y luego retornamos a nuestro hospedaje para alistarnos y tener nuestra segunda salida nocturna, que empezó con un paseo por Chinatown el cual fue interrumpido por una lluvia torrencial que nos tuvo parados por largo rato debajo de un paradero para no terminar totalmente empapados, luego una vez que paró la lluvia, disfrutamos de la larga calle de Chinatown, sus restaurantes, carretillas donde vendían grillos fritos, gusanos fritos, BBQ de tiburón... entre otros. 






Belen who had never before seen a red light district, wanted to make an excursion to the famous red light district of Bangkok, so we headed out walking as per my internet research. After missing a few turn offs and finally getting to the metro, it appeared I had mixed up Thai names and we were completely on the wrong path. After abandoning the expedition, we headed for a "close by" trendy Bangkok bar serving gin cocktails and called "Teens for Thailand", with mentions in the NY times and likewise. After again missing a few turn offs towards the close by bar, Belen's mood and feet were having a dip, and facing the threat of also abandoning this mission, I started desperately looking for the bar of which I had memorized the direction....more or less. Our wandering got us into a B side red light district, where we witnessed a drug addict kick off shelter and then a police men asking a bribe from a local marihuana possessing teenager but got nowhere nearer to a bar. When we were facing the ultimate moment of heading back towards the hotel, I was approached by a prostitute asking me if I needed something, to which I said "yes, can I borrow your phone to look up the address of a bar" to which she in turn, kindly agreed. 3 minutes later we were sipping a fancy gin cocktail and laughing about the absurdity of the whole expedition.







Ya que estábamos en Bangkok y había escuchado hablar tanto de la zona roja en esta ciudad, (que no era Ko San Road, donde habíamos estado la noche anterior, sino una zona donde se supone debes ir con la mente bien abierta para todo lo que vas a ver en la calle, pregunte a mis dos acompañantes viajeros (Johan y Maarten) a que vayamos a conocerla aunque sea una hora, solo para ver cómo era... Ya que yo nunca había estado en un lugar así, y tampoco me animaría hacerlo sola, quería aprovechar que andaba con dos hombres para ir y saber de qué se trataba, pues ambos sin mucho entusiasmo aceptaron mi petición y después de cenar en Chinatown, fuimos guiados por el GPS y maps del celular de Johan, que después de haber caminado más de 30 cuadras, a mí realmente se me habían quitado ya las ganas de continuar caminando, y las ganas de ir al barrio rojo, azul y verde, quería subirme a un taxi e ir directo a un bar a relajarme y tomarme algo, cuando terminamos en una estación de metro, sabe dios donde andábamos, perdidos, con la brújula desorientada, preguntamos al guardia de la estación y finalmente nos enteramos que habíamos estado caminando 30 cuadras en dirección contraria, por lo que dije a mis acompañantes: ok chicos, yo abortó la expedición, estoy cansada! Johan con cara de pena por habernos llevado al lugar equivocado y resignado salió de la estación de tren, mientras Maarten echo a reír por la situación (siempre se reía de este tipo de situaciones). Finalmente, salimos de la estación de metro, otra vez guiados por el GPS de Johan, en busca de un bar de moda donde asistía la juventud ondera de Bangkok. Nuevamente nos vimos perdidos, entre calles oscuras, caminando sin saber dónde estábamos, cuando de pronto nos percatamos de que andábamos en una zona que si no era la zona roja, era la rosada... En cada esquina habían mujeres sentadas en sillas, maquillándose y retocándose el peinado, con mini faldas y blusas con escotes que no dejaban nada a la imaginación... Un policía registrando la cartera a una pareja de jóvenes, estos asustados entregando dinero al policía, y nosotros ahí parados sin saber dónde quedaba nuestro bar, cuando una de estas amigas de la noche, con la blusa roja y escote hasta el ombligo se acerca con sonrisa en la cara a preguntarnos si se nos ofrecía algo? Johan responde: si, necesitamos saber una dirección, puedo usar tu celular? Y es así, como con la ayuda de una de estas damas de la noche, logramos encontrar nuestro bar, disfrutar de nuestros cocteles son frutas y sombrillitas en la copa, al estilo de los jóvenes de alta alcurnia Thailandesa, hicimos un brindis por la noche que tuvimos y nos reímos de ella. 



After an early wake up call, I went with Maarten to Bangkok's biggest market to look for, after a breakfast of spring rolls and quail eggs, silk scarves for my mom. In order to make the purchase decision easy, she had compiled a checklist of 6 highly specific technical and aesthetic criteria. After driving crazy most of the silk vendors in the silk section of the market, we finally bought some plain Vietnamese silk, in rolls per meter. Walking out of the market, we walked into a stream of tourists, arriving by the thousands at a more pleasant hour, to purchase their souvenirs in this once bustling food and other household products market, now turned into a giant souvenir mall. Back into the hostel, the boutique one, we geared up for our expedition to and over the Cambodian border, starting with a 6 hour train drive. After being warned by Youri and having read many horror stories about this worst border crossing in SEA, we were all prepared to tackle this beast and enjoyed the beautiful train ride to the Cambodian border. For a start, I had lost my immigration form (yes this bloody paper thing keeps existing and hangs around in your passport doomed to get lost). More or less expecting to be asked for a bribe, I was given a new form by a Thai official and in less than 15 min after getting off the train we had left Thailand behind, not too bad of a start eh......





El último día mientras Johan y Maarten fueron en busca de unos pañuelos de seda para su mama, yo aproveché en descansar un poco más de la cuenta, alistarme e ir a tomar un café a la cafetería de nuestro hostel boutique, de echo... El mejor hostel que hemos estado en todo nuestro viaje, y leer mi libro mientras esperaba el retorno de los hermanitos Hawinkel. Al medio día, salimos los tres hacia la estación de trenes, donde tomaríamos un tren que nos llevaría a la frontera con Cambodia... Tren antiguo con asientos de madera, nos sentíamos en una caja de madera, apretados, pero disfrutando de nuestros últimos paisajes thailandeses que se dejaban ver a través de las ventanas del tren. Pasando por pueblitos, terrazas de arroz, plantaciones de café y plátanos, plantaciones de palmeras, llegamos al último pueblo por el este de Cambodia, trepamos a un moto taxi, con mochilas encima y nos dirigimos a la frontera, listos para empezar nuestra nueva aventura por nuevas tierras, llenos de entusiasmo y advertencias respecto a este nuevo lugar al que llegaríamos. 





No hay comentarios.:

Publicar un comentario