miércoles, 7 de junio de 2017

Madurai and Pondicherry


We left Trivandrum for the Hindu pilgrimage site and temple city of Madurai. The enormous Madurai temple complex is dominated by its 7 richly sculpted towers which makes circumnavigating the walls already interesting. After rigorous security checks and leaving the shoes in a cloakroom, we again entered the fascinating microcosmos of the temple where hundreds of pilgrims made their circuit of the various deities bringing offerings and receiving blessings. Overwhelmed by the intensity and activity we agreed for a offer of a guided tour and started off with a blessing of Ganesh, after walking around his statue, by painting our foreheads white with cow dung ash, which every Hindu will assure you has antiseptic properties. While happy with our blessing, the French girl joining us in our tour had her prayers to Ganesh responded with a blessing from the sky as an enormous hair and shirt covering dropping from a resident pigeon. After a washing break though we continued our tour. Again we witnessed the temple industry in full action, with incense smoke whirling, bells ringing, coconuts and fruits being offered. People asking for forgiveness touching their ears with crossed arms, people asking for a pregnancy by touching the lap of a goddess sculpture or for a healthy birth by the mother in law of a highly pregnant women. We saw a young girl being prepared for a shortly coming, arranged marriage. We came back in the evening to witness the ceremony when a statue of lord Krishna is brought to the Parwati shrine, to pass an enjoyable night, accompanied by a lot of bells and jingles. Again we just sat down and enjoyed the buzzing atmosphere and daily routine of a big temple complex and pilgrimage center. 


Dejamos el Ashram y nos dirigimos a Madurai, ciudad famosa por la cantidad de peregrinos que llegan a visitar el complejo de los 7 Templos. Nosotros después de desayunar unos panes con curry y te con leche, nos dirigimos al complejo de templos. La cantidad de gente era impresionante. Mujeres, hombres y niños caminando a paso ligero descalzos por todo el complejo. Todos intentando agarrar posición en la fila que se armaba para entregar ofrendas al dios Ganesha (el Elefante). Estábamos todos haciendo la "fila", la que por cierto nosotros no teníamos que hacer ya que las ofrendas solo son permitidas para los locales, Hindu. El punto es, que se pone a llover a gota gorda, la gente que había estado caminando ligero para armar la fila, se descontrola y empiezan todos a correr, a empujarse y desarmar la fila, otros más "astutos" empiezan a colarse en la fila, caos total. Todos estaban vestidos en trajes especiales para la ceremonia, hombres y mujeres llevaban una especie de falda larga en color negro y otros en tono rojo. Las mujeres con los cabellos trenzados y florecitas adornando sus cabellos. Los hombres con la cara pintada con una especie de pintura en color blanco y naranja. Logramos ingresar al complejo de templos, contratamos un guía que nos llevó por los interiores, y nos explicó el significado de las diferentes estatuas y rituales. 


Another interesting aspect is the entire industry surrounding these pilgrimage sites. The streets around the temple are lined with shops with religious articles and offerings as well as many small food and snack stalls for the hungry pilgrims, who come from all parts of India to these Tamil Nadu sites. The poorest pilgrims coming from far off rural northern Indian sleep in the streets or in train stations, a little bit better of ones take a bed in the many dormitories run by the temple association for something like a dollar a night, still others change their rural farm homes for the cheap hotels of these cities and as such set the standard for the standards and hygiene of the cheap hotels and then the more well off stay in better and more expensive hotels. In these parts of India, not geared towards international tourism but rather to domestic tourism or pilgrimage, we found the stereotype of Indian accommodation standards to become true. In Madurai nevertheless we had a very decent and comfortable hotel so more on this topic later.




En el interior del templo ocurrían muchas cosas a la vez. Recuerdo una pequeña estatua en piedra de Ganesha, espolvoreada en un polvo blanco, la gente se acercaba a la pequeña estatua, caminaba alrededor de ella en sentido del reloj pidiendo un deseo, al final tomaban un poco de esa ceniza blanca y se marcaban la frente con una línea o punto. (Mas tarde me enteré que el polvo que llevaba en mi frente, era hecho en base a caca de vaca seca... Al menos no tenía mal olor). Otro ritual que recuerdo, era que llevaban a niños recién nacidos, envueltos en mantas amarillas o blancas, los recostaban en el piso frente a la imagen de otro Dios Hindu, mientras los padres se arrodillaban y agachaban las cabezas en símbolo de respeto y pedían bendición para ese niño y buena suerte. 
También asistían las mujeres recién casadas, para pedir a los dioses por buena suerte en el matrimonio y fertilidad. Para esto, la recién casada estaba sentada en el piso vestida de rojo y dorado, con florecitas en el cabello... rodeada de puras mujeres (amigas y familiares) que le regalaban brazaletes de oro. A más brazaletes, mayor fertilidad y buena suerte en el matrimonio. 



Another thing on offer in Madurai, was the Chetinad food. The Chetinad were a caste of merchants and money lenders who became incredibly wealthy in the height of the spice trade years and filled the interior of Tamil Nadu with the most beautiful palaces. When the depression came, they were forced to sell many of their assets and lost a lot of wealth, now leaving many of the mansions in a deteriorating state or others, luckily converted into boutique hotels. Their travels abroad and long times away from home, made them escape the gravitational field of strict vegatarian Tamil Nadu Hindu diets and made them experts in preparing the most delicious meat and game dishes. Although too late for lunch and for having rabbit or deer, we had a delicious meaty lunch in a Chetinad restaurant. Also in Madurai we enjoyed the free museum detailing the Indian colonial period and subsequent struggle for independence, further on in the exhibition mainly focusing on Ghandi's role in this struggle. After a quick but intense and interesting visit to Madurai, we left again the next day for India's east coast and the city of Pondicherry.





Al día siguiente tomamos un tren con destino a Pondicherry, ciudad con influencia francesa en la Costa de India, donde recibiríamos año nuevo y cumpleaños de Johan. Debido a las fechas, restaurantes y hospedajes estaban repletos de gente por lo que la primera noche tuvimos que dormir en un hostel no muy acogedor que digamos, pasillos oscuros y con las paredes sucias, nuestra habitación lo mismo, oscura, con una cama de una plaza, un televisor viejo y una silla vieja de madera. En el baño el piso en cemento todo mojado, un lavamanos y un balde para bañarse. Ni modo, no nos quedaba de otra que aguantarnos una noche, total era solo para dormir, no pensábamos pasar todo el día en el hospedaje. Salimos a recorrer la parte antigua de Pondicherry, la que tiene la influencia francesa. Las casas con balcones y terrazas con flores de colores, callecitas pintorescas, cafés, galerías, restaurantes, bares. Dimos una vuelta por el malecón de la playa, donde se veía que estaban armando escenarios y ubicando parlantes gigantes para la celebración de año nuevo. 
Nosotros hicimos una reserva en el restaurante de un Hotel, para disfrutar de una cena al estilo bufete. A las 8pm ya estábamos instalados, sirviéndonos todo tipo de ensaladas, currys, estofados, arroces, postres y vino. Brindando por el año maravilloso que nos tocó vivir, y deseando que el 2017 sea igual. A las 11:30 de la noche empezaron a escucharse fuegos artificiales, por lo que dejamos la terraza del hotel y nos dirigimos a la playa donde sabíamos que iba a haber espectáculo de fuegos artificiales y música. 



Pondicherry used to be the French stronghold of India, where Dupleix masterminded his plans for the French dominion of the Indian subcontinent and came very close to it as well. Especially considering napoleons troops landing in Egypt and master skills in diplomacy with the local rulers, Dupleix found himself as the sovereign of much of southern India in a very short span of time. How would history have been different if Versailles would have kept on funding this arrogant gentleman but brilliant strategist in his endless bribing mission of local rulers and despots instead of shutting the money stream and recalling their servant. Anyway, Pondicherry still breathes a bit of frenchness in its architecture and urban plan and recently revived by many French and Italian restaurants, bars, bakeries and cafes. Therefore, we decided we would spend our NYE in this small but pleasant coastal town. That we were not the only ones to think that way, we soon found out when trying to reserve a hotel room and found ourselves obliged to spend 2 days out of town while staying NYE itself in some crappy hotel a 15 minutes walk from the city center. Nevertheless, we were mistaken in that it would be a massive international display or tourist invasion, 95% of the visitors on NYE were domestic tourists enjoying the seaside party and low alcohol taxes, as Pondicherry is a union territory. 





Una vez fuera del hotel donde habíamos tenido nuestra tranquila y elegante cena con velas y copas de vino, caminamos una cuadra y nos vimos en medio de un mar de gente que se encaminaba al malecón donde se había aglomerado miles y miles de personas. Al ver tanta gente me puse alerta y en menos de 5 segundos se desata una pelea callejera entre varios de los asistentes (hombres jóvenes en estado de ebriedad) la masa empieza a desplazarse en todos sentidos, empiezan a correr, a corretearse entre ellos con botellas de vidrio en las manos, yo empecé a correr para tratar de alejarme del tumulto, y me vi entre dos hombres que se querían agarrar a golpes, salí corriendo en dirección contraria y vi a Johan al frente de la calle buscándome entre la masa, corrí hacia el, y escapamos y nos dirigimos a la playa. En la playa había mucho más gente, algunos ya no podían ni mantenerse parados, otros en euforia total saltando y gritando: "Happy New Year"!!! Nosotros buscamos un lugar desde donde poder observar los fuegos artificiales y escuchar la música, nos pegamos a un grupo de chicos que se notaba que no habían tomado y una familia con niños. La música provenía de la banda de la policía local, con bombos, platillos y trompetas hacían bailar a la gente en la calle. Cabe destacar que la mayoría... Por lo menos el 98% eran de género masculino, entre sus 20 y 30 años, y la mayoría en estado etílico. Luego, uno de los muchachos a los que nos habíamos pegado, me explicó que culturalmente no se permite a la juventud de la India, beber alcohol y que el único día que tienen permiso de los padres es la celebración de año nuevo, motivo por el cual TODOS se vuelven locos y beben sin control, muchos ni llegan a las 12 pm de lo borrachos que acaban. Vi a varios tirados en las veredas y otros inconscientes siendo arrastrados por sus amigos. 


We spent most of our time in Pondicherry just strolling through the town, taking in its peace and calm, cobble stone streets, bougainvilas, seaside boulevard, old French colonial houses in different states of disrepair but also the beautiful pieces of Tamil architecture preserved in the Tamil, non-French part on the other side of the central canal. We had coffee, pasta and beer like we would have been in any town in Europe and almost forget some moments that we were in India. On the 31st, we selected a restaurant with a buffet where we enjoyed a few drinks, the mix of Indian and continental buffet and deserts on the roof top of one of the hotels in the center of town. At about eleven o'clock we decided we should have a look at the seafront where it was supposed to be happening. We stepped out of the hotel on a quiet street but once we hit the main road leading to the seafront, we found ourselves in an ocean of people and straight away in the middle of a street fight. Alerted by the fight we carefully walked along the seaside where the boulevard was packed with thousands of people, 95% males in their twenties and thirties, in a collective state of mass hysteria and drunkenness. A police brass and drum band was playing songs and the crowd was crazily jumping on the rhythm. We were impressed by this uncontrollable mass and although we started enjoying the spectacle, we tried to stick with the few Indian families that were around. At around 10 minutes to midnight, the madness was lifted to a higher level and everyone started shouting happy new year, this for the next 20 minutes. We walked up and down a little bit more and then decided to go for a drink in a quieter bar. While sitting in the bar and watching the street, the partygoers had left the seaside boulevard and stuck to every bit of music coming out of any house or bar and started wildly dancing in the streets with the most bizarre but still interesting dance moves. Police with cane sticks walked around but seemed to have the situation barely under control. After an hour or so the crowds started to disperse and our bar closed, this was one o'clock, so we decided to call it an early New Year's Eve and started carefully to walk back. Although the big party wasn't ours it was a once in a lifetime experience, between exciting and menacing, to be in between these mad crowds in my birthday and once again I felt how India in terms of people and understanding has been the most distinct of all countries visited.




Después de recibir las 12, ver el espectáculo de fuegos artificiales empezamos a movernos hacia la zona donde estaban los bares y restaurantes, en busca de un bar tranquilo donde tomar algo y celebrar el cumpleaños de Johan. Elegimos un bar pequeño en un segundo piso, donde solo habían un par de mesas y algunos extranjeros, nos sentamos en el balcón desde donde podíamos observar todo lo que seguía pasando en la calle. La masa de gente que había estado en el malecón empezó a desplazarse hacia el interior de la ciudad y adueñarse de las calles, formando tumultos de gente en las afueras de los bares, y bailando al compás de la música que se oía de las fiestas y bares cercanos. A mí me llamo muchísimo la atención la forma en que los hombres bailaban. Como ya había dicho, el 98% era sexo masculino, por lo que todos los que se encontraban en euforia máxima bailando en las calles de Pondicherry, eran hombres. 
Bailaban entre ellos, al inicio parecía que competían, ya que empezaba uno dando unos pasos medio complicados y el que estaba al frente tenía que intentar igualarlo o mejorar los pasos. Lo curioso, es que en el momento cumbre de la canción, algunos de ellos empezaban a acercarse entre ellos dando pequeños saltitos, hasta que terminaban frente a frente, muy pegados... Tal y como verías bailar sensualmente a un hombre y una mujer,  pero en este caso, eran hombre y hombre bailando de esta manera. Y es que en la India, la relación entre los hombres es más cercana de lo que en Sudamérica estamos acostumbrados a ver, en la India los hombres andan de la mano en las calles, se acarician las orejas, se abrazan cariñosamente, y no es que sean gay o afeminados, es así su cultura... Entre ellos son bastante demostrativos, sin embargo no lo son con el sexo opuesto. Incluso las parejas (hombre y mujer) no acostumbran a tener demostraciones de afecto en público. 


The next day we took a room in one of the ashrams in town right on the seaside with a nice terrace where we relaxed a bit and went out for seaside snacks, cold beer and ice cream. My birthday finished, we took an early morning train towards Chennai the next day, previously the factory and then garrison town of Madras, India's third or fourth biggest city. With a relatively long layover before taking our train to Hyderabad, we checked our baggage in the station's cloakroom and took a local train to Fort St.George. Back in the days, the company's and later British troops would be stationed here and come to dominate the southern part of India. Now, one of the buildings was converted into a museum where after being told they had no change, we couldn't enter. Others are in a dilapidated state and yet otherd have been converted in Indian Government administrative offices and courts and here we had a glimpse of the magnitude and the hierarchy of the famous Indian bureaucracy. Hundreds of people hanging around the offices, with cars and drivers trying to find a spot in the pecking order and official looking gangs walking in and out, smoking and drinking tea. The only remnant of the British empire we could find were a small Anglican Church and tombs of officers, merchants and their partners dying and being buried far from English soil. We walked back along a filthy, bubbling toxic looking river where slums were creeping up onto the fort area, toward the train station where we finally boarded a train towards Hyderabad, once India's biggest sovereign Muslim state.



El último día en Pondicherry, habíamos reservado una habitación en uno de los famosos  Ashram de esta zona. Los dueños del Ashram eran una pareja Hindu-Francesa, que además son los fundadores del pueblo Auroville, lugar donde viven muchísimos extranjeros en comunidad. No fuimos a conocer el pueblo Auroville, pero si disfrutamos de una noche tranquila en una de las habitaciones del Ashram donde contábamos con una terraza frente a la playa. Dimos paseos por la playa, viendo pasear a las familias Hindu, mujeres bañándose en la playa con sus vestidos largos coloridos, niños corriendo por el malecón, uno que otro curioso que pasaba y al vernos se detenía a observarnos y luego seguía con su camino. 
Pasaron las celebraciones de año nuevo y cumpleaños de Johan, y el 02 de enero ya estábamos sentados en otro tren con destino a Hyderabad, ciudad famosa por las antiguas mezquitas, piedras preciosas y bazares. Una de las ciudades con mayor población de musulmanes en India.





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