The closest I had ever been to the Ganges was on the Piazza Navona, contemplating Bernini's marvelous fountain, now I was about to dip my toes in this artery of the Indian subcontinent and holiest of holy rivers...or not. The paradigm of the occidental and the (Indian) oriental mind can not be better visualized than by their view and conception of the river Ganges. For the former a disgusting, green slimed, infested stream, its banks littered with waste and cow dung, it's pungent smell predominant and supplied by toxic upstream effluents and a high percentage of the 260 million Uttar Pradeshians domestic waste. For the latter a holy river, incarnation of a divinity with healing powers, used for purification and cleaning by submersion, mouthwashing and drinking, subject of tens of daily ceremonies, born in the Himalaya, home of the gods, and a privileged place to die and take a step towards the next life.
Antes de llegar a Varanasi, habíamos estado en la disyuntiva si terminar nuestro viaje de India visitando el Taj Mahal (Agra) o visitando Varanasi. La visa se me vencía y teníamos que decidirnos por un destino antes de tomar ese bus que nos sacaría de India y llevaría a la frontera con Nepal. Finalmente, por un tema de curiosidad y ver algo distinto a lo que ya habíamos visto, nos decidimos por Varanasi. Templos y Palacios habíamos visto en todo nuestro viaje por el Sudeste asiático e India, pero un lugar al que consideran sagrado y donde la gente decide ir a morir, era algo que probablemente no íbamos a volver a presenciar si es que no era estando en India. Llegamos a Varanasi por la tarde. La primera impresión que me dio fue la de una ciudad caótica, con mucho tráfico, basura en las calles y una extraña neblina grisácea que flotaba en todo el ambiente. Buscamos nuestro hospedaje, el cual quedaba cerca del río Ganges, lugar donde se realizan las cremaciones y donde todos desean ir a pasar sus últimos días de vida.
Running out of time on Belen's visa and with our next destination being Nepal, we had the choice between either Agra and the Taj Mahal or Varanasi. We decided to ignore the most supreme and splendid of the Mughal creations, put off by mass tourism, the supposedly omnipresent predatory touts and scammers and the higher probability of ever returning and opted for the most sacred Hindu place. We arrived, rocked by the rough and long train ride, in a simple guesthouse run by an incredible Indian family, and against our usual routine but to give Belen's stomach and my lack of appetite a bit of a break, we went for an evening in the guesthouse. The next morning I went for the dawn ceremony on the Assi Ghat where offerings were made and rituals devoted to mother Ganges and some traditional music was played, before diving in bed for another few hours. The Ghats that line the banks of the Ganges in Varanasi are stone steps that lead to the river and where people bath, wash clothes, do ceremonies, wash their buffaloes, or simply walk, play music, sit and chat. As opposed to what I expected, the Ghats were a rather quiet and peaceful place, that apart from the occasional smell and filth, made for a relaxing and interesting walk, again revealing a wide variety of colors of the infinite palette, that is India.
La primera tarde solo nos instalamos y salimos a dar una pequeña caminata, regresando temprano a nuestro Guesthouse ya que yo andaba con malestares estomacales y Johan extrañamente había perdido el apetito. Nos hicimos unas sopas de sobre y nos acostamos temprano. A la mañana siguiente fuimos a recorrer la orilla del río Ganges y pasamos por los diferentes "Gates" donde se practican distintos rituales. El ritual más famoso que ocurre en este lugar, son las cremaciones. Como dije anteriormente, en India todos quieren venir a morir al río Ganges pues lo consideran sagrado. Por tal motivo, es normal que cuando paseas por las orillas del río, encuentras a tu paso ancianos tirados en el piso, gente enferma que viene a pasar sus últimos días al lado del río. Más de una vez mientras caminábamos al lado del río vimos gente recostada en el piso que verdaderamente no sabíamos si solo estaban descansando o si eran cuerpos sin vida. Cuerpos donde hay más hueso que carne, piel tostada por el sol, piel cuarteada y con llagas. Sin embargo la gente actúa de lo más normal, todos siguen con su camino, nadie se para a ver si aquellos cuerpos inmóviles respiran o no.
Es decir, Varanasi era una mezcla de gente, basura que flota en río, vacas y bueyes que se pasean por la orilla del río buscando entre la basura algo que comer, rituales que se hacen a los dioses con ofrendas de flores, inciensos, bailes y fuego.
Well known, and one of the obvious highlights (if to be called like that) are the cremation Ghats, where the bodies of the deceased are cremated according to Hindu rituals. We saw a first introduction in the smaller Harachindhra Ghat, where one or at most 2 bodies at the time are cremated. Then, we got to the main cremation Ghat, where a new body, draped in orange and gold clothes, would arrive every 10 minutes. After being dipped in the Ganges for a last bath, the body was then put on a wooden pile, to become the cremation pyre, lighted with the corresponding rituals. Due to the now deforested area, the wood is shipped in, and each cremation is done according to the means of each person, considering the amount of wood, the type of wood, sandalwood being the most expensive, and the essences used during the ceremony. The scene was otherworldly, disgusting and intriguing at the same time. Disgusting because all the filth on the river banks, corpses burning while people fuel the pyres bare feet and with barely any protection, in between the cows eating whatever they find and people walking and hanging around chit chatting a bit. Intriguing because of being present so openly in Hinduisms holiest place, rituals so different from ours but also the lack of serenity, privacy and sadness, considering the death person ends his life in the most desirable place and is ready to be reborn again.
Para mí fue bastante "especial" la visita a Varanasi, fue uno de los lugares más extraños en los que he estado y donde no he podido conectar con el ambiente. Quizá no era necesario que conecte con el ambiente, a veces solo llegamos a lugares para conocer y aprender que existen cosas que van más allá de nuestro entendimiento, que no solo nuestro mundo es el que existe, que existen muchas más costumbres y culturas de las que nos han enseñado y que justamente eso, lo diferente y variado que pueden ser las personas y culturas alrededor del mundo, es lo que hace de este mundo un lugar maravilloso y el cual vale la pena salir a explorar.
Y bueno, estando en Varanasi fuimos a presenciar el ritual más importan que se lleva a cabo en la orilla del río sagrado, las cremaciones.
Llegamos al sitio donde se estaba haciendo una de las cremaciones, pudimos notarlo por la cantidad de gente que había aglomerada y claro, el humo que salía. El olor es ... especial, claramente no es un humo normal el que se huele, a eso hay que sumarle el olor de la caca de vacas que está por todos lados, caca de cabras, y la basura en el río. Estando ya en el lugar donde se practican las cremaciones, nos detuvimos a observar cómo es que se realizaban. Llegaban los cuerpos envueltos en mantas de color blanco, naranjas y algunos con cintas doradas. Los cuerpos eran cargados por 4 o 6 personas que estaban rodeadas de más gente que iban cargando pilas de madera, Flores e incienso. Una vez que bajaban el cuerpo por las escaleras a orillas del río, lo sumergían en el río por unos segundos, posteriormente lo ponían sobre la pila de maderas, lo cubrían con más maderas y prendían fuego. Familiares y amigos del fallecido permanecían alrededor del cuerpo hasta esperar que se hiciera cenizas, o mejor dicho a esperar hasta que se termine de consumir toda la madera, ya que algunas veces la madera se consumía antes que el cuerpo, teniendo que lanzar al río los restos del cuerpo que no finalizaron el proceso de cremación.
The next day we watched the morning ceremonies to worship mother Ganges again and then went on a boat ride to see the activity in the ghats from the riverside. First, we would see people praying, washing themselves, washing clothes and exercising and all of a sudden we were covered in a dense fog, not seeing anything but just hearing all the sounds of early morning Ganges activity. I had a vision of our small boat capsizing and having to swim in between the filth and semi burned limbs to a river bank we couldn't even see and then I pictured where Ovid and Virgil must have gotten their inspiration to write about the river Styx in their classical masterpieces. I must say that every place we travel I discover new things and things for later when we come back, but Varanasi is probably the only place on all our travels where I wouldn't come back. I probably didn't capture the historical spirit of Varanasi, or Benares, properly as it is one of India's oldest cities. I didn't hate the city, but we came there for the experience of seeing the place and its life but there is no need in going back. So in the afternoon we boarded our last Indian train and headed north towards Gorakhpur, where we spent the night and left early for the Nepali border. After what must have been one of the quickest, easiest and most transparent border crossings we walked out of India and set foot in the Himalayan kingdom for new adventures.
El segundo día nos despertamos tipo 5 de la mañana para presenciar el ritual dedicado a los dioses, que se lleva a cabo a orillas del río. Había mucha neblina, y humo... Siempre hay humo ya que las cremaciones se llevan a cabo las 24 horas del día, siempre hay cuerpos cremandose. El ritual consistía en unos cuantos cantos, rezos, bailes con antorchas de fuego, arreglos florales, música, velas, sonido de campanitas que indicaban el término de un ritual y también el inicio de otro. Al finalizar los rituales, subimos a un bote y empezó nuestro paseo por el río Ganges. Para algunos quizá ya hubiese sido suficiente ver el río desde la orilla, pero la vista que obtienes desde el río hacia la cuidad es interesante. A nosotros nos parecía interesante ver lo mismo, pero de distintos ángulos. Una vez a bordo del bote, empezamos a andar envueltos en una neblina que no nos permitía ver a más allá de un metro. El agua del río era oscura, claramente no veías lo que había abajo. De vez en cuando se acercaban gaviotas y se ponían a revolotear a nuestro alrededor mientras el muchacho que conducía nuestro bote le tiraba un poco de pan al río. Desde el bote, observamos gente que desde muy temprano salen a lavar ropa, otros bañándose enteros en el río...hasta con jabón y shampoo llegaban al río, otros rezando a orillas del río, otros empujando a sus bueyes para darles también un baño y quitarles la tierra y excremento, otros curiosamente lavándose los dientes, mientras todo esto ocurre en un tramo de 200 metros... A 2 metros en el mismo lugar, empiezan a prender fuego a los cuerpos embalsamados.
India made all its promises true and proved to be incredible. We took 22 trains, saw 3 oceans meet, set foot in 12 provinces, heard 10 different languages in the same country, spent 70 days, visited places of worship of 6 religions, were hot and freezing, went through a rainbow of emotions and I can say, I think we got through the skin of India. We cut that superficial layer of a quick visit, just to discover the many layers below which require many more visits to get through, if ever. India with the ancient and the modern, the beauty and the ugliness, the rich and the poor, the relaxing and the frustrating but never boring, never alone. We can look back at yet another unforgettable adventure and we thank the pantheon of gods residing on this fascinating subcontinent for our safe and healthy travels through its main and back roads.
Varanasi fue nuestro último lugar visitado en India. Quizá no es el que recordaré con nostalgia, pero si es el lugar más extraño en el que he estado y el que me hizo entender que el mundo es como una caja de sorpresas, en la que cada país tiene algo distinto que mostrarte, algo que enseñarte, hacerte entender que la realidad que vives no es la única que existe, que si pudieses verte desde lo alto, te darías cuenta de lo pequeño que eres y poco que sabes muchas veces en relación a otras culturas. India fue una experiencia especial, una mezcla de emociones todos los días, sentimientos encontrados.
No recomendaría venir a India "de vacaciones" a relajarse... Porque claramente no descansas nada, es un país que te consume, gastas mucha energía, necesitas tiempo para acostumbrarte, entender, observar, asimilar y procesar lo que vas viendo todos los días. Pero lo que sí, por lo menos una vez en la vida, debes visitar India. Es uno de esos lugares únicos en el planeta.
Yo volvería. Aún nos quedo mucho territorio sin descubrir y explorar.
Gracias India por tus colores, por tus sonrisas, por tu gente generosa, por tu curiosidad frente al extranjero, por mostrarnos la cruda realidad que pasan algunas personas, por hacernos tomar conciencia de lo que es un país con pobreza extrema y valorar lo que uno tiene y muchas no sabes apreciar. Llego el momento de decir adiós a India, subimos a un bus que nos llevaría a la frontera con Nepal, donde empezaríamos nuestra próxima aventura en el país del Himalaya.
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