Our night train was full of military personnel on exercise in the desert area and so we had a short night accompanied by a friendly elderly French couple, curious junior army men and snoring mustachioed sergeants and colonels. We arrived before dawn in Jaisalmer and left the station walking, watching the spectacular sunrise illuminating this desert fort. Jaisalmer was again founded by another Rajput as a city on a hill in the dessert, and also served as a stop on the silk route when this southern route through India and Pakistan was preferable due to the geopolitical situation or bandits on the more northern routes. The city became rich due to the trade and through flow in spices, textiles and opium, giving travellers, merchants and camels alike a welcome break in the Thar desert. One of the particularities of Jaisalmer is that the fort is still inhabited, it is in fact a residential area, and as such we found ourselves climbing through 4 elephant proof gates to the walled city where our guesthouse was in a tower on the walls. The afternoon we spent taking in desert views from the walls and strolling through the maze of the old city below, lined with majestic havelis, meticulously sculpted merchant houses, and congested with cows and bulls.
Llegamos a Jaisalmer temprano por la mañana, después de nuestra larga jornada nocturna en tren. Al menos no fue tan terrible como otras noches en los trenes de India. En nuestro vagón iba una pareja de franceses, nosotros y el resto eran militares en servicio que iban a hacer sus ejercicios al desierto. Por tal motivo, me sentía segura en el tren. Además que Johan invitó te y galletas a los militares de los camarotes de alrededor, por lo que la mayoría nos miraba con una sonrisa en la cara. De la estación de trenes en Jaisalmer, nos toco caminar hacia nuestro hospedaje, ya que no habían taxis en la calle, ni buses. Recuerdo que aún estaba oscuro, no había amanecido aún, deben haber sido las 5:30 de la mañana y estaba frío. Al acercarnos a la ciudad amurallada, la ciudad de Jaisalmer, ya empezaba a amanecer, por lo que pudimos disfrutar del sunrise mientras ingresábamos a la ciudad antigua. Jaisalmer es conocida como la "Ciudad Dorada", y es porque los ladrillos que usaron para la construcción del fuerte y casas alrededor, es de ese color y que al amanecer o atardecer con los rayos de sol, se intensifica el color dorado. Es muy lindo. Ingresamos por las puertas de la ciudad amurallada, cruzamos una puerta alta de madera, que era por donde antiguamente ingresaban los reyes en sus elefantes. Al llegar a nuestro hospedaje, que por cierto quedaba en el interior del fuerte, decidimos descansar un poco en la terraza, aprovechando los primeros rayos de sol, para calentar el cuerpo. Después salimos a dar un paseo por la ciudad, apreciando todas esas callecitas estrechas, casas con balcones tallados, mercados, gente en vestidos coloridos y vistas del desierto desde puntos altos de la ciudad.
Early the next morning we embarked on our camel safari, something that only by the name of it I refused to do but where the line in our Lonely Planet "the closest you will ever come to traveling in an ancient camel caravan" quickly changed my mind. We opted for a slightly upscale tour operator, first to not suffer cold in the desert nights and second because they were managed and operated by local desert people and as such had a permit to a part of the desert where most other operators wouldn't be allowed. This proved to be an excellent choice and after sunrise and tea, I sat wobbling on Desert King, admiring my early morning silhouette on the barren desert soil. Our trip was going to be in the Thar desert, covering areas in India and Pakistan, and the most densely populated desert in the world. The desert is inhabited by incredibly colorful desert people, women covered in beautiful saris and nose jewelry, while the men go with impressive turbans, pointy shoes, golden earrings and moustaches. After thumping for 2 hours through a relatively developed desert area, covered in arable land and wind turbines, and an increasing agony from sitting legs spread, we had a lunch stop under a tree in the desert. All our food during the 3 days was prepared on small wood fires made on the scarce fire wood collected in the surroundings and had a distinctive wood fire taste in the freshly made flatbreads, making for delicious meals.
Uno de los motivos por los que Johan quería conocer la zona del desierto de Jaisalmer era por la expedición que podías hacer en camello internándote en el desierto de Thar. Mi posición en el inicio era un rotundo "NO", yo no quiero hacer ningún tipo de actividad turística que implique el uso de animales, pues eso significa "maltrato de los mismos" y yo me opongo a eso. Johan, igual es Pro animales, pero no tanto como yo... Y uno de sus sueños era justo eso, hacer el Safari en camellos por el desierto. Después de leer un varios blog de viajes, averiguar en agencias de internet, leer en guías de viaje, cambie mi opinión respecto a este tipo de actividad en esta zona. Antiguamente los camellos han sido utilizados como transporte de gente y productos a lo largo del desierto. Ellos pertenecen a ese habitad, y la gente que los tenía cuidaba de ellos, por el mismo hecho de que los usaban como medio de transporte. Actualmente con la llegada de las camionetas 4x4 y camiones, los camellos no se usan más como medio de transporte, y lamentablemente hay muchos que mueren en el desierto de hambre, ya que nadie cuida de ellos ni los protegen. Existen algunos camellos salvajes que andan por ahí corriendo en el desierto pero que no debe ser fácil la sobre vivencia en una zona tan desolada sin la ayuda y cuidado de humanos. Gracias a las excursiones de Safari es que pueden continuar siendo útiles estos camellos para algunas personas y no son abandonados a su suerte en el desierto. Nosotros elegimos una empresa que figuraba como la numero uno en las guías de viaje, blogs e Internet. Verdaderamente quede contenta con la empresa que elegimos, pues pude presenciar y confirmar que el trato que le daba a los camellos era bueno, los alimentaban apropiadamente, les daban agua cada cierto tramo, parábamos a descansar bajo sombra de árboles cada 2 o 3 horas de haber estado andando e incluso los guías y dueños de los camellos, les hablaban a sus camellos y acariciaban.
Maybe the most beautiful part of the trip was the sleeping in the desert, in the sand dunes on a simple mattress, covered in thick blankets, millions of stars and the rising moon. We woke up from the sound of the wind and the birds and watched the sun rise over the desert from under the blankets with hot sweet desert tea. The peace of these moments and the beauty of the surroundings filled me with joy and gratitude for these unique moments and made me realize that this is one of the things I most enjoy and value in life, being out and about. While I have done this many times every time is special and this time was even more special as I could share it with the person I love and my soulmate in travel. The second day, the desert became more desolate and beautiful and the wind a bit stronger and we wrapped up in shawls and turbans, protecting ourselves from sand, sun and wind and we enjoyed the splendor of the desert from our camels. Unfortunately, Belen struggled with a bad stomach in the morning but instead of abandoning, covered some of the distance walking along the desert man, and recovered during the lunch break with a nap and cups of hot strong black tea. After 2 nights in the desert and 3 days on the back of a camel, also this trip came to an end, but I could look back to an incredible experience and wouldn't doubt to come back for longer expeditions, as the peace of mind I found was much more profound than after one week attempts of meditation in an ashram.
Recuerdo que el primer día, me toco subir a un camello que era bastante alto, al inicio me daba un poco de nervios estar ahí arriba y depender del comportamiento de ese animal tan grande en el que yo estaba sentada en el lomo. No es muy cómodo que digamos, después de 40 minutos ya empieza a dolerte las piernas, la entrepierna y la espalda baja, pero todo eso es compensado con el hecho de estar compartiendo tu tiempo con esos animales tan extraordinarios, era como retroceder en el tiempo como cuando la gente se movía de pueblo a pueblo en camellos. Nuestros guías se encargaron de hacer una experiencia única, fueron muy amables, y estuvieron siempre pendientes de que estuviésemos bien nosotros y los camellos. Cocinaron típica comida Hindu del desierto, currys, panes hechos por ellos mismos, te, papa hervida, vegetales cocidos. Los atardeceres eran mágicos, estar ahí en el desierto, en un lugar tan alejados del resto del mundo, donde eres tú y la naturaleza. Disfrutar de una noche llena de estrellas, dormir al intemperie escuchando los sonidos de los camellos que dormían a 50 metros de nosotros y hacían de guardianes. Disfrute la expedición, aunque al segundo día amanecí con diarrea y vómitos, debe haber sido de insolación... Me sentía fastidiada, pero no mal. Solo un poco débil, por lo que decidí continuar con la expedición pero preferí caminar en vez de subirme al camello ya que el movimiento sobre el camello me producía más nauseas y me removía el estomago. Después de varios te cargados preparados por los guía, que cuidaron de mí y estuvieron siempre pendientes, me repuse y pude continuar la segunda parte del día montada en mi camello.
On our way to Jaisalmer we stopped in one of the desert villages as per suggestion of our guide. I was somewhere suspecting a few souvenir stalls, but was surprised to walk in one of his friends mud brick houses, where 3 families slept in one room in winter and on the courtyard in summer. A cup of goat milk tea was prepared on a cow dung fire and we were shown around in the local 3 class room school, which was a private initiative from the villagers in response to the much bigger government school, where teachers would rarely show up and where the quality of education was so poor even this humble desert farmers decided to put their own savings in giving their children better prospects, where a government should be the main provider. After a good shower and a half chicken cooked in a tandoor (clay oven) with raw onion, green chili and lemon salad and naan bread dripping with ghee (clarified butter), I couldn't resist a nightly walk along the 89 illuminated tower bastions of the Jaisalmer fort before catching a train to Bikaner.
Fueron tres días de Safari en el desierto con dos noches durmiendo bajo las estrellas. El último día partimos temprano de regreso a Jaisalmer, donde llegamos a un hotel que nos ofrecía gratis la misma empresa de safaris, en el que pudimos tomar una buena ducha, sacarnos la arena que teníamos hasta en las orejas, cambiarnos de ropa que estaba impregnada a Camello y humo, y salimos a dar una última vuelta por la ciudad antigua. Por la noche teníamos un tren con destino a Bikaner, una ves más un tren nocturno.
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