Our gratitude to the Indian pantheon of gods for healthy travels, seemed to cover us only on Indian territory. As soon as we crossed the Nepali borders we both found ourselves with the beginning and advanced stages of diarrhea, so we decided on a few calm days. And which place seems better to relax than the birth place of Prince Siddharta Gautama, better known to mankind as Lord Buddha. Getting of the bus we were welcomed by a pour down, we hadn't had since leaving the SEA monsoon and as such dived in a restaurant for a first meeting with the Nepali staple, Dahl Bat or rice and lentil soup.
Después de cruzar la frontera India - Nepal, caminamos hacia el paradero de buses (una esquina llena de buses y mini buses) donde se iban formando largas filas de gente para poder subir a los buses. Los buses además de gente, llevaban costales de comida, canastas con frutas y algunas jaulas con gallinas y pollos. Logramos subir a un bus y nuestras mochilas fueron lanzadas al techo del bus, agarradas levemente por una cuerda, que a decir verdad, me tuvo preocupada mirando a cada rato por la ventana a ver si con los saltos que dábamos con los baches no saltaba también mi mochila desde el techo a la carretera.
Los caminos en Nepal, no eran los mejores, después del terremoto en el 2015 muchos lugares quedaron destruidos y actualmente se llevan realizando muchos trabajos en las calles, por lo que el 80% son calles rotas, de tierra, gente trabajando en la ruta, polvo, polvo y más polvo.
When the rain clouds were over, we walked through the site, where apart from the shrine dedicated to Buddha, is a big park with temples built or under construction by all Buddhist nations. The park which has many trees and some sort of wetlands hosting several bird species had several paths crisis crossing. Walking the paths and gradually leaving the other visitors behind, we immersed ourselves in a sense of profound tranquility and suddenly realized how dense India had been, how crowded it had been and how even while sleeping you were never alone and your senses wouldn't stop a minute to be stimulated. Strolling with a typical after rain sunset, we felt that after having been under some sort of sensory pressure for more than 2 months, the pressure was now being released gradually, noise and colors were fading and everything became quiet.
Finalmente llegamos a Lumbini, y nuestras mochilas también. Decidimos venir a este pueblo, porque no quedaba tan lejos después de la frontera con India, y porque es aquí donde nació Buddha. Estábamos buscando un lugar tranquilo donde relajarnos después de haber estado 2 meses y medio recorriendo India. Además, necesitábamos un lugar donde podamos descansar un poco, ya que tanto Johan como yo, nos habíamos despedido de India, pero India nos había dejado un regalito en el estómago. Ambos andábamos con molestias estomacales que empezaron en Varanasi, y una vez llegando a Lumbini, se agravó. Al llegar a Lumbini, decidimos ir a comer algo, una sopa de fideos y pollo y luego fuimos en busca de un hospedaje. De pronto empezó a llover fuertemente, por lo que tuvimos que refugiarnos bajo la sombrilla de la terraza de un restaurante mientras tomábamos un té caliente. Al pasar la lluvia, salimos y nos dirigimos al complejo de Templos Budistas que se encontraba a dos cuadras de nuestro hospedaje.
The next morning we set off discovering the complex, which is divided in several parts, by foot. One of the main divisions of the park is the division between the Mahayana and the Therevada school of Buddhism. While I had expected a serene place with a sense of pilgrimage, we soon realized that the main share of the visitors were selfie sticking and noisy tour groups. And while I had associated Buddhism with peace of mind and simplicity, it appeared to me that the the complex was a big show off between Asian nations in who could built the biggest and shiniest temples and that their construction was ruled by the assignment of yearly budgets and political interest explaining the different degrees of progress or decay of the constructions, a shining Chinese temple, a huge Korean temple looking like a paralyzed construction site, several plots with construction still to be started and a sense of general lack of maintenance of the entire park. Nevertheless, there is pilgrim accommodation, worshipping monks and serene and working places of worship as well and the whole made for a strange mix of commercialized religion started and then poorly managed by the Nepalese government to boost tourism.
El día siguiente, por la mañana visitamos nuevamente el Complejo de templos. No se exactamente cuántos templos habían, pero habían casi de todas las nacionalidades donde hay comunidades de la religión Budista. Habían algunos templos más llamativos que otros, algunos con fuentes de agua en la entrada y cascadas artificiales, otros con piletas, otros con jardines muy lindos con flores de colores, otros con banderines de colores, otros con imágenes de Buddha enorme en la entrada, y así sucesivamente cuanto a uno se le pueda ocurrir. Verdaderamente, parecía un concurso de que nacionalidad construía el Templo más grande y llamativo. Cabe destacar que también encontramos algunos templos que eran más simples y con habitaciones para peregrinos y monges, como el templo de Cambodia, que si bien estaban construyendo para ampliarlo, lo que había construido eran habitaciones simples con una cocina comunitaria, baños y sala para meditación. Lo otro interesante aparte de los templos, es la gente que visita el complejo.
La verdad yo hubiese esperado un ambiente más de calma y recogimiento, tranquilidad y peregrinaje. A cambio, nos vimos caminando en medio de un parque enorme, con templos pomposos por todo lado, y gente de todo tipo. Habían los que iban con el Selfie stick sacándose foto en cada rincón, sin detenerse a apreciar lo que tenían alrededor. Otros iban en trencitos turísticos y hacían un recorrido por los templos más importantes. Llegaban grupos enormes de turistas en buses, en su mayoría asiáticos (chinos o japoneses) que entraban al templo, posaban para la foto en la entrada del templo y luego salían apurados a subirse al bus para ir al siguiente templo. Aparte de los turistas (que eran el 90%) había un grupo reducido de monges que también se paseaban por el recinto. Ni que decir de la fila que se arma para visitar el templo construido en el lugar exacto donde nació Buddha... Es una locura!
When I went for an evening walk through the complex to watch the sunset and the bird life in the wetlands, I walked randomly without much sense of direction or purpose. In one of these, circling around the Buddhas birth complex, I encountered a monk coming from the other direction chanting his prayers guided by a Bluetooth speaker. When crossing him in the opposite direction, he looked up, greeted me, and then kindly indicated that I was walking in the wrong direction around the shrine and should go clockwise. I turned around and started following him.The last day, we rented 2 bicycles and toured the complex by bike stopping at several temples, observing the religious and the less religious and enjoying the traffic free park. I then took a tour through the surrounding countryside of the Terai plains, which once used to be a malaria infested and almost impenetrable jungle, but which was sprayed and deforested in the 50s by the Nepalese government to create living and agricultural space. The area, now the most densely populated in Nepal, although much less dense than India, has a strong Indian feeling to it due to many trade and immigration from India, as well as many, very poor, Muslim communities, herding cattle and working the fields. I quietly peddled through these small, rural poor villages and couldn't help feeling a sense of hostility completely contrary to what we would experience in the hills and highlands of Nepal.
El último día, arrendamos un par de bicicletas e hicimos un tour por el complejo de templos y por los alrededores del pueblo. En los alrededores había muchas tierras donde trabajaban la agricultura y ganadería. Vacas, toros y cabras levantaban las cabezas a vernos cuando cruzábamos en bicicleta por sus campos. El paseo en bicicleta se vio interrumpido por razones intestinales, por lo que la mayoría de los días en Lumbini, yo me estuve tomando los días con calma, descansando, haciendo actividades pero también tomándome descansos entre medio y mucho te y sopita de pollo.
After a few days in Lumbini, our minds had slowed down but our digestive system was still not on regular speed, so we decided to wait some days before heading to the mighty Himalaya and to make a stop in Tansen, a small Newar town in the central hills.
Después de los 3 días en Lumbini, nos dimos cuenta del gran cambio que se siente de haber estado viajando en un país súper poblado como lo es India, y de pronto vernos viajando por un país donde de ves en cuando cruzas pueblos y campos donde te encuentras solo tú y la naturaleza. Qué placer sentimos al vernos solos en medio de los campos. Y no es que en India nos haya molestado estar siempre rodeado de gente, al final uno se acostumbra a eso, pero no nos vino mal un poco de paz y silencio. A la mañana siguiente, después de desayunar nuevamente abordamos un bus, donde nuestras mochilas otra vez fueron lanzadas al techo y sujetadas por una cuerda que iba amarrada a otros bultos y jaulas de gallinas. Decidimos ir a otro pueblo donde tuviésemos un poco más de naturaleza y montañas. Tansen, fue el destino.
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